Bratislava, Eslovaquia, Random

Bratislava, una grata sorpresa

Aunque aún tengo pendiente terminar el viaje de Nueva Zelanda (lo haré, lo prometo), voy a empezar a actualizar nuestras últimas vacaciones en CentroEuropa. La primera ciudad que visitamos fue Bratislava. Teníamos el vuelo a las 6,30 de la mañana, así que tuvimos que madrugar infinito, aunque para mí todo lo que sea tener que ponerte una alarma de despertador ya es madrugar, pero en este caso, había que levantarse a las 3,00, esto es más que madrugar, pero ¡sarna con gusto, no pica!

El vuelo no es muy largo y a esas horas, te da tiempo a dar una cabezadita. Llegamos al aeropuerto de Bratislava, un aeropuerto más bien pequeñito. Mejor, así no se produce la sensación de estar perdido e ir mirando por todas partes donde saldrá tu maleta. Del aeropuerto a nuestro hostal, teníamos que coger el bus 61 que te deja en el centro de Bratislava. La máquina de los tickets del bus tiene opción en inglés, cosa que se agradece porque el eslovaco, no hay forma de entenderlo. Lo curioso es que los tickets del bus, van por tiempo, es decir, compras un billete de bus para 30 minutos, para 60 minutos, etc. Nosotros cogimos el de 30 minutos, arriesgándonos a que no llegáramos a tiempo a nuestro destino, así que es recomendable comprar uno de un trayecto más duradero, por si acaso…además Eslovaquia es muyyyy barata.

Ya en el centro de Bratislava, nuestro hostal » Hyde Park Hostel» está en una calle supercéntrica, donde se puede ver el castillo al fondo de la calle en lo alto, toda la calle está llena de bares, restaurantes y tiendas, es más, desde nuestra habitación, se podía ver el popular «Slovak Pub». El hostal es muy humilde, yo estaba muy cansada del madrugón y luego la paliza de andar durante todo el día para aprovecharlo bien y me dormí en seguida, pero sí es cierto que es una zona muy ruidosa, muy buena ubicación y el dueño fue muy amable.

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Tras dejar las cosas en el humilde hostal, nos dirigimos al centro, a la mañana siguiente teníamos que ir a Viena ya, volamos a Bratislava porque salía mucho más barato que volar directamente a Viena y me habían comentado que Bratislava apenas necesitaba de un día para visitarla y era cierto. Lo que no me esperaba era encontrarme una ciudad con tanto encanto. Fuimos al casco histórico, recorriendo las coloridas calles y de repente tuve un «dejavu» de Praga, solo que Bratislava es como la prima pequeña de la capital de la República Checa. Subimos al castillo, zona de Hrad y contemplamos las vistas panorámicas de la ciudad. Todo esto andando, es la mejor manera para moverse por esta pequeña ciudad para no perderse sus rincones.

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Vimos su famosa torre Michalská Brána, la catedral de San Martin, Primate’s Palace, Grossalkovichou Palace y el UFO, un edificio moderno que parece una nave espacial. Y por supuesto, a parte de estos monumentos, las simpáticas estatuas que se prestan a una foto en cada rincón de la ciudad.

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Bratislava ofrece pintorescas calles, gastronomía eslovaca como el Halusky o su sopa de ajo, que se pueden degustar en el peculiar el «Slovak Pub», quizás os sorprenda que los camareros son un poco secos, pero es que es el carácter de la zona, muy serios.

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Halusky, llena muchísimo
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Slovak Pub, muy curioso por dentro
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Castillo de Bratislava y parte de los jardines

La capital de Eslovaquia merece una visita, es una ciudad perfecta para una escapada, nos hizo buen tiempo pero al mediodía diluvió, así que no se sabe que esperar respecto al clima. Es un estupendo destino como se suele decir : Bueno, Bonito y Barato.

Un último apunte, Bratislava es muy pequeña, es una buena idea salirse del centro histórico y así poder descubrir un poco el ambiente de la ciudad, al salirnos, nos encontramos con una librería-café de lo más chula.