Karlovy Vary, Republica Checa

Karlovy Vary

Agosto 2010

Escribo desde Praga, para contaros que ayer estuve dando un paseito por la pintoresca ciudad balneario de Karlovy Vary. Cogí un autobus desde la capital de la República Checa hasta este pueblecito, con la compañia Student Agency, que sale bastante económico y se viaja muy bien. Fueron unas 2 horas de trayecto. Al llegar allí, estaba un poco desorientada, porque no había nadie para informar a los turistas, ni tampoco los mapas eran demasiado útiles. Así que donde va la gente, va Vicente, eso hice.

Y cruzando una plaza con unos soportales muy bonitos, encontramos el centro turístico de este pueblo. Múltiples casas con distintas y llamativas fachadas, fuentes de agua mineral, unos bonitos jardines. Pero lo mejor sin duda, fue subir haciendo un poquito de senderismo hasta un monte, para asomarnos al Mirador de Diana y obtener unas preciosas vistas del Hotel Imperial y las torres de la Iglesia Ortodoxa. También se puede subir a este mirador en funícular, nosotros decidimos subir a pie y lo recomiendo, se disfruta de la vista, de los senderos, la naturaleza y se hace algo de ejercicio.

Son típicas las obleas de diferentes sabores que se pueden comprar desde unas 20 coronas ( algo menos de 1 euro). A mí no me llamaron mucho la atención, pero bueno. Hay que probar las cosas. Y también os llamará la atención ver a todo el mundo bebiendo de la jarrita autóctona del lugar, que se bebe por el asa. Curiosa cuanto menos, yo me he comprado una.

Es un pueblo para echar el día, llevarse unos bocadillos y disfrutar de sus puentes. Y así poder realmente comparar si se asemeja tanto como dicen a la ciudad italiana de Venecia. Además de compartir la inspiración que alguna vez sintieron los grandes músicos y la aristocracia, como una vez Mozart en su época hizo paseando por los jardines de esta localidad.

Escribiré más adelante sobre Praga. Saludos desde la República Checa!