Hacía tiempo que no cogía mochila y por fin, me despedía de la capital. Tanto cierre perimetral, tanta pandemia, tanto covid. Pero llegó el verano y con él, algo de respiro y desconexión. ¿Y qué elegí? pues norte, obviamente y esta vez, le tocó a una gran conocida, a la que hacía muchos años que le debía una visita y me volvió a compartir sitios inolvidables. Como los que voy a poner a continuación.
Mi primera parada fue A Coruña y allí, a parte de volver a recorrer la Plaza de María Pita y pasear viendo la Torre de Hércules. Visité el Museo de Estrella Galicia, que todo sea dicho, bastante interesante, sobre todo si eres fan de su cerveza. Todo un recorrido por el negocio familiar y por los procesos de elaboración de esta cerveza maravillosa.
Como no podía ser menos, otro día, fuimos a hacer otra cata pero esta vez de vinos y a un entorno magnífico y precioso. Me arriesgo a decir que de lo más bonito que he visto en Galicia, en pleno corazón de la Ribeira Sacra.
Otro de los momentos más chulos de mi viaje, ha sido visitar Camariñas ( al pasar por Camariñas….como la canción de «Luar Na Lubre») un pueblo costero con muchísimo encanto y con un Faro precioso, yo soy fan de los faros, me parecen entornos mágicos, misteriosos, preciosos. Y también, mención a parte de una empanada de zamburiñas que me comí de otro nivel, también probé por primera vez los famosos percebes pero estos no me parecieron tan espectaculares como lo que luego sí describiré.
Laxe, merece una parada, tiene una de las playas más paradisiacas que jamás he visto en el norte. Una arena fina y blanca, el agua cristalina, pero si siempre recordaré Laxe, será por haber probado por primera vez ese manjar que he estado dando de lado toda mi vida : ¡Zamburiñas!
Lo de las zamburiñas y yo ha sido amor a primer bocado, de hecho, quería completar un top 10 de zamburiñas dentro de Galicia y vaya que sí lo hice.
Este pequeño faro, también me pareció una preciosidad y la estatua que se llama «A Espera» me pareció un sitio con mucho encanto.
Podría subir mil fotos más de otros sitios preciosos, como la Praia dos Cristais, las esculturas del hippy de Man, los bosques, los árboles enormes. Pero es que entonces, estaríamos aquí leyendo hasta 2050. Galicia, es un auténtica maravilla y aún me dejo la siempre misteriosa, Santiago de Compostela.
Decidí ir a Santiago, entre muchas razones, porque pensé que llovería algún día y sin embargo…
Santiago me recibió a ritmo de gaita como siempre, con más folk que nunca y en la mejor compañía 🙂 dudo que hubiera alguien mejor para compartir este viaje. Y comí una tortilla de patatas espectacular en el bar Coruña, ¡¡¡mi primera mariscada con bogavante!!! y lo dejé limpio. Zamburiñas y más zamburiñas, pulpo y siglos na forza.
Y como decía, podría seguir publicando fotos de sitios preciosos, del tiempazo espectacular que nos ha hecho, de todo lo que he comido, pero lo guardo para mí, no hay que airear todo lo bien que se lo pasa uno jaja. No cambio ni una sola coma de todos estos días, porque Galicia has sido todo lo que necesitaba. Y sé que volveré. Volveré siempre. Moitas Grazas, ahora lo escribo desde la silla que me ata y sueño con un Albariño.
Viajar es con V de Vida 
Ainsssss las envidias me corroen… que ganas de norte!!! Muy chulas las fotos, y esas zamburiñas están que se salen del plato yum!!!